Sin prejuicios


lunes, 25 de octubre de 2010

¿Cómo es que serán y serían esos viajes reveladores?

Pequeña plaga incandescente
que nos disolvemos en búsquedas de congruencias...

El placer es de adueñarse de la situación y decidir qué y cuánto hay de comer;
y de moverse como colmillo afilado. No podés escapar de ese rebote, no. Y siendo amo y señor verás cómo es el arte y la naturaleza, y aun así sabrás armonizarlas. Las fronteras de tu tiempo y espacio se harán presentes y sabrás satirizar tu situación.

Comprendo quiénes somo y dónde estamos
y luego callo...

y me remonto a lo terrenal, a los colores que se filtran... y me seducen. Me quiebro en mi propio aliento. Siento llegar lejos. Mejor dicho, no tan lejos.
No estoy llegando. ¿dónde iba?
¡Ah! soy todo en mi conciencia y resueno en la de los demás, donde ellos y Ella también se conjugan en un torbellino de sentimientos irreales y fantasmáticos. Resto químico o anímico, pretenden mantenerme cautivo de esa situación. Sé que mis observaciones simples y silenciosas reinaran en esa jornada ardua de trabajo diurno por querer ocupar un lugar que, por definición, no tiene dueño.
El roll que jugás te pone por encima, te motiva y te alienta. Típico sentir de aspirante a capitalista, que se mezcla con la hermandad en el socialista. que demuestra que cada vez somos más y que nos tenemos que poner un poco las pilas con eso de darnos los espacios que necesitamos para ser y hacer lo que somos. ¿o no? y ahí entraría todo el mambo de cuidar el planeta y eso.
De pronto te vas creyendo tu cuento y no te invaden tantos miedo. Salís a luchar por lo tuyo, que no es poco, con tu padre a cuestas y tu madre con ese centímetro endemoniado. ¿qué quieren que les diga? a veces cuesta salir del letargo y que te pegue para otro lado. Pero lograrlo te renueva y te propone más respuestas y congruencias más abstractas. Evolutiva y lógicamente más abstractas. Promesas científicas tan abstractas como aquello que definen los astrónomos que somos... y quizás me encuentren en las estrellas...
¿me defino en mi ciclo vital? ¿o soy consecuente con mis actos desde el día en que nací? ¿de qué me sirve un discurso despojado de todo esfuerzo por dirimirme un espacio más en mí? En en un despegue caigo en que lo bueno es allá y no acá, solo porque allá es nuevo. La saturación química de estados inducidos no es una meta valorable, si un camino transitorio. Estados increibles. Demónica lisergia. But the world is yours Tony! ojo... a cuidar el mucho cuerpo también.
Te exponés a vos mismo y te gustás ¡y ahí estás! y, devuelta, sos... y te hablas en tercera persona porque no podés creer tu potencia. Ella y ellas te refuerzan. Todos lo notan.
Lo último se disuelve en la ventana, sólo y sin papel, perdido en los colores de un amanecer de primavera, y vos, juvenil espíritu te dejás seducir, querés ver, querés entrar... Me lo merezco, me queda unicamente un miedo... uno solo.

jueves, 20 de mayo de 2010

Un nuevo número manoteado en el aire

Con una mezcla de sentimientos y sensaciones se presenta, una costumbre rara, misteriosa y coqueta. Saber interpretar sus señales ayuda mas no encamina. Gilada. ¿cómo interpretar a alguien que no sabe a dónde quiere ir? Estudiarlo, comprenderlo y mal tratarlo con pruebas de destinos forzados, y por tanto errados, es el camino que plantea el sentimiento de escribir. ¡por supuesto que obligar no ayuda! Forzarlo es forzarse (y no esforzarse), asi como desafiarlo es desafiarse. Aunque por supuesto es preferible la segunda.
Se lee, de todas formas, que no se trata de alguna especie de espectro sádico exterior a uno mismo. Es que, aunque indecirnible es su procedencia, palpable es la incitacion que produce en uno (y solo en uno mismo), desde algún rincón emocional, a la producción. Producción, por otro lado, enteramente laxa y desihibida cuando este sentimiento alcanza su realización, y la libera de toda aspiración egocántrica de exentricidad, las mismas que desde siempre, de llegar a la luz, no hacen más que ridiculizar a la metáfora hasta perder toda claridez conceptual y linealidad. El abuso de la poesía, se ha convertido en el germen narcisista (por exceso) de diferenciacion intelectual, más en boga que nunca, que ya no promueve la creatividad, el estilo o siquiera la individualización artística... o el arte.
Este sentimiento se manifiesta pronto como un estado de ánimo desestabilizante. Eseptisismo. Burbuja emocional. La necesidad latente. Fluye la idea hacia el cuerpo, sin escalas. De un momento a otro nos encontramos embebidos en nuestra predilección, cualquiera sea, expresandonos, descubríendonos, preguntandonos, corrigíendonos... produciendo. Será nuestro propio esfuerzo, o quizás aun de la necesidad inconciente, que nos desviará de todo intento ficticio y que, de perceberar, empedernidamente nos devolverá a nuestro estilo, en el que nos encontramos y somos. Redescubrimos esas notas, pinceladas, palabras, pasos, etc. que nos son característicos, cómodos. En ese momento, como nunca, el mensaje no necesita un receptor más que uno mismo, porque así cramos, nos divertimos, nos escuchamos y entendemos, y sólo dejamos de fluir agotados.
Para quienes tenemos estos momentes de claridad se nos hace cada vez más esterna la espera por el próximo. Anciamos esa claridad, esa predisposición emocional... esa sensibilidad artística.